Con un primer tiempo casi perfecto, El Porve pasó por arriba al Docke, dejó atrás una semana complicada y se prendió en la tabla. Este temblor ya va a parar...El Porve arribó a Debenedetti 2055 con una mochila muy pesada: No haber podido ganar en el torneo y dejando una imagen decepcionante en la derrota ante Argentino de Merlo. Sin embargo, los dirigidos por Sergio Benet dieron una gran lección de fútbol a su rival. Apretándolo desde el primer minuto, El Porvenir no tardaría en abrir el marcador: Centro de Borges, cabezazo al palo de Gómez y gol, en el rebote, del Chipi Ricardo Vera, quien venía de dos fechas de suspensión y dejó en evidencia las ganas que tenía de volver a jugar.
Contra todos los pronósticos, el Docke caía como local y por eso se fue, a matar o morir, en busca del empate. Pero a un equipo con hambre no le podés dar espacios, y eso fue lo que hicieron los dirigidos por Hernán San Martín. Por lo tanto, no fue de extrañar que el partido se pusiera rápidamente 2 a 0. Y fue con la gran jugada de contraataque comandada por Vera, la pelota pasó por Wilson Paredes, y el capitán dejó solito al Chipi con el arquero, a quien eludió a pura potencia para marcar con el arco a su merced.
Allí, el Inundado se encontró con la gente presionándolo para revertir rápidamente el resultado, y esto le jugó en contra, porque a sus propias limitaciones y su nerviosismo, le tuvo que agregar el murmullo de las tribunas y la confianza con la que jugó El Porve. ¿El resultado de todo esto? Fácil… el 3 a 0 tras una joya de Lucas Gómez, tras definir por encima de Pablo Hourcade.
Si El Porvenir no logró redondear un primer tiempo perfecto, fue por la desatención en el último minuto que le posibilitó descontar a Alcides Miranda Moreira y dejar abierto el marcador para el complemento.
Los segundos 45 minutos mostraron, tal vez, lo más llamativo de la actuación del Porve. ¿Por qué digo esto? Porque con el 3 a 1 a su favor, y siendo visitante, defendió el resultado de una manera muy poco común en estos tiempos: atacando al rival. Nunca dejó de ser mejor el conjunto de Gerli, y tal vez por eso a uno le dio la sensación de que el resultado se quedó corto con respecto a la diferencia entre un equipo y otro. Mientras, entre los goles que dilapidaron tanto Paredes como Richard Murillo, y la impotencia de los volantes locales, el público se fue conformando de a poco con el 1 – 3 en contra. El pitazo final fue un alivio para Dock Sud.
El Porve, en cambio, logró salir de las tinieblas prometiendo pelear arriba. Es que la actuación del equipo ilusiona hasta al más pesimista. Y esta tarde, Sergio Benet mandó a todos sus muchachos a los botes, y ellos pisaron fuerte en terreno del Inundado.