HAY ALEGRÍA Y ALEGRÍAS ... ( GUIDO GUICHENDUC)

El Porve, que venía de golear y jugar bien ante Midland, apeló a su actitud para obtener su segunda victoria al hilo en una cancha mala y complicada.

Esa semana que uno nunca quería que terminara, finalmente se acabó cuando saltaron a la cancha tanto Liniers como El Porvenir. Es que en Gerli andaban dulces tras la goleada inolvidable sobre Midland, y sabían que debían ratificar esa levantada en el Juan Antonio Arias, del barrio de Villegas.

Lo cierto es que en el arranque del juego, fue el equipo de Rodolfo De Paoli quien se adueñaría de la posesión y de las escasas situaciones de peligro que tuvo el inicio del partido. De hecho, si no fuera por la mala puntería de Hugo Palmerola, el local habría marcado rápidamente el primer gol del partido. Sin embargo, el susto inicial hizo que El Porvenir adelantara sus líneas y que ganara el mediocampo de la mano de Wilson Paredes y Jonathan Ceratto. Y, si bien hubo pocas llegadas, El Porve se podría haber colocado en ventaja debido al gran trabajo de Lucas López y a los errores defensivos que compartían tanto la línea de cuatro del local, como de su arquero Mariano Monllor.
Pero finalmente la primera etapa concluyó con el marcador en blanco y con la sensación de que los DT deberían trabajar demasiado para poder torcer el rumbo del partido (el olor a 0 a 0 final ya empezó a correr en el primer tiempo).
En el complemento, sin dudas, se vio lo más pobre que ofreció el partido. Con Liniers adelantado en el terreno, pero sin ideas a la hora de querer preocupar a Nahuel Valiñas, y con El Porvenir algo tímido, los bostezos se multiplicaron, como así también las súplicas para que Bresba terminara bien tempranito el partido.
Pero el equipo de Sergio Benet realizó variantes para darle aire a un equipo muy cansado y la pegó. De la mano de Lucas Gómez, el de Gerli comenzó a animarse y logró asustar a Monllor en más de una oportunidad. Yair Marín se colocó de lateral izquierdo y, además de estar muy firme en la marca, le dio libertad de acción a Jonathan Ceratto para que lastimara en ataque.
Y finalmente, cuando El Porvenir comenzó a merecer un cachito más que el rival, llegó el tiro libre ejecutado por el Chipi Vera que, tras la floja salida de Monllor, encontró una espectacular tijera de Leonardo Kees quien, desde un ángulo muy cerrado, clavaría el 1 a 0 final en la agonía del partido.