HICIERON LAS PASES...
El Porve y Jota Jota casi ni patearon al arco e igualaron sin goles en el debut de ambos en el campeonato.
El Porve y Jota Jota casi ni patearon al arco e igualaron sin goles en el debut de ambos en el campeonato.
El nuevo Porve de Benet presentaba a sus incorporaciones y se medía ante un JJ Urquiza que, esta vez, se armó con un presupuesto muy bajo. Lo cierto es que a los dos equipos les pasó factura el estreno y la falta de competencia, ya que los movimientos y las buenas intenciones de juego, se diluían lejos de los arcos debido al poco rodaje.
Sin embargo, en un partido de escasas emociones, el equipo de Loma Hermosa avisó con un par de llegadas de su jugador más punzante: Marcelo López. Luego Valiñas se lució ante un cabezazo a contrapierna de Leonardo Fino.
Con Wilson Paredes y Lucas López bien custodiados por el mediocampo celeste, El Porve logró tomar protagonismo en el partido con las subidas de Pablo Borges y con los pelotazos para el solitario Lucas Andrich, aunque dicho protagonismo resultaba en vano debido a la falta de ideas que mostraban los de Gerli a la hora de lastimar. Cuando Andrich fue amonestado por simular faltas en reiteradas ocasiones, el 9 prácticamente desapareció del partido y le simplificó las cosas a Leandro Sosa y compañía. Las únicas claras fueron un cabezazo del delantero que salió desviado, y una media vuelta de Ricardo Vera que besó el poste de Berro.
Por su parte, los dirigidos por Lucas Nohra, también intentaron progresar mediante el juego asociado de la mano de Carlos Escudero por el sector izquierdo. Pero la defensa de El Porvenir resistió con mucha categoría cada avance visitante: Borges, Ramón y Aguirre fueron los puntos más altos de los locales.
El final del primer tiempo dejó a los hinchas con la expectativa de que en el complemento los jugadores lograrían soltarse y quebrar a los contrarios, pero nada de eso ocurrió. Si bien los de blanco y negro arrinconaron al Celeste en el arranque del segundo tiempo, poco a poco el partido se volvió a hundir en el desorden y en la inoperancia que mostró el período inicial. Luciano Berro fue un espectador de lujo y ni transpiró su camiseta. En cambio Nahuel Valiñas fue el héroe de la única chance seria que mostró esta etapa: El Tano Gargiulo se filtró en el área y se encontró con los reflejos del Uno en una acción que podría haber decretado un baldazo de agua más fría que la tarde.
Y llegó un final cantado desde hacía varios minutos, un cero a cero que puede llegar a ser un punto de partida, porque cuando no se puede ganar es mejor no perder. El crédito está abierto.
ASÍ LO VIO GUIDO GUICHENDUC