La derrota es tan justa como anecdótica. Racing jugó bien y metió casi tantas ganas como El Porve, por lo que la caída va recolectando pequeños consuelos. Las fallas arbitrales influyeron en el marcador, es cierto, pero no se puede quitarle mérito a los dirigidos por Simeone.
Una vez consumada la primera media hora del partido, la figura del encuentro, Teófilo Gutiérrez definió de primera ante la mirada de un Valiñas al que el remate lo agarró a contra pierna para poner el 1 a 0.
Luego de la apertura del marcador, se vio lo mejor del Porve, que contó con un par de situaciones de contragolpe para empatar el partido, pero lamentablemente el derechazo del Chipi Vera se fue rozando el ángulo y la contra siguiente organizada por Lucas Gómez no prosperó.
En el complemento, con el ingreso de Federico Raffo, los dirigidos por Rapa acorralaron a su rival y de milagro no llegó al empate en una jugada de tres tiros de esquina consecutivos.
Sin embargo, después de esa ráfaga en la que El Porvenir fue claramente superior a Racing, llegó la jugada polémica en la que Baliño perjudicó a Valiñas. Una contra de la Academia que finalizó en las manos del uno de Gerli, derivó en un foul al propio arquero que logró capitalizar nuevamente Teo Gutiérrez, el gran delantero que tiene el país y el único que logró vulnerar a una defensa y un equipo aguerrido (otros jugadores como Luciano Aued o Gabriel Hauche fueron absorbidos por la inteligente marca de los defensores).
Ese gol sentenció la suerte de El Porvenir, un equipo que fue muy estudiado por su rival y que generó más de un susto a su gran oponente (al Chipi Vera lo custodiaron con hasta tres marcas personales).
Victoria justificada de Racing y derrota digna de El Porvenir que perdió en el campo de juego, pero ganó por escándalo en las tribunas. Muchas lágrimas y tremendo orgullo para los que amamos al Blanco y Negro.