LA MISMA HISTORIA DE SIEMPRE (RAMIRO PITA)

La situación que se ve hace varias fechas se sigue repitiendo: buen primer tiempo, con superioridad sobre el rival, flojo segundo tiempo, un gol en contra y caída anímica y futbolística.
Es así, el Porve llegó hasta General Rodríguez con la premisa de ganar tres puntos fundamentales, para empezar a despegarse del miedo del descenso. Pero ese “empezar a despegar” no termina de concretarse. Y El Porvenir vuela bajito, muy bajito. El primer tiempo fue del equipo visitante. Firme en defensa, con una gran tarea de Peralta Salinas en la zaga, y el corazón de Leonardo Kees, de gran tarea para recuperar e ir hacia adelante. Así, con buena actuación de Nahuel Blanco por izquierda y la movilidad de Vera, El Porvenir fue más que un muy tibio y dubitativo Alem. Un remate de Vera entrando por el área como número 9 que se fue alto en buena combinación con Jiménez y un penal no cobrado contra Del Corro, mostraron las intenciones de los de Gerli. Alem sólo inquietó con su número 9, Sebastián Allende, que perdió un mano a mano ante Peralta y se mostró siempre peligroso.
El Porvenir ganaba en el medio, llegaba más pero le faltaba lo que le viene faltando (y sufriendo) hace mucho: el gol. Un remate desde afuera de Paredes, otro del “Lorito” y una última jugada de Vera por arriba a la salida de un córner fueron lo más destacado de esos primeros 45 minutos.

La intención de jugar por abajo (más allá de repetirse en algunos centros sin tener un 9 de área, con Solchaga en el banco), de ir a buscar el partido, de ilusionarse con una victoria duró (una vez más) hasta el primer gol rival. A los 8 minutos, con un tiro libre preparado, Allende se desmarcó y convirtió. Ahí, la cabeza volvió a jugar, y negativamente. Nervios, pelotazos, imprecisiones. Faltó fútbol e ideas para levantar el partido. Y, para peor, a los 20, penal de Aguirre por agarrón y gol de Trento. Allí se acabaron definitivamente las esperanzas. Entró Gamarra con ganas pero sin compañía en el área, Lucas y “Leo” Gómez se amontonaron en el medio y ya no hubo ideas. Ni el jugar 20 minutos con un hombre más (expulsión de Yanzi), le dio ánimo al equipo.
Es que El Porvenir (que necesita imperiosamente un triunfo para salir de un pozo que lo acerca cada vez más al peligro del descenso) juega un rato bien, no convierte y al primer gol rival se cae y ya no levanta. La deuda está en lo futbolístico, pero también en lo anímico, en sobreponerse a los golpes (o goles) que recibe y que no devuelve en el área rival. Así, el panorama se oscurece cada vez más y las ilusiones empiezan a parecerse a no pelar por un nuevo descenso.