SE TAMBALEA EN SUS TACONES (GUIDO GUICHENDUC)

El Porvenir se plantó bien en cancha de Español, pero abajo hizo agua y se fue con las manos vacías.

Éste era un partido clave para olvidarse definitivamente del descenso y para arrimar el bochín en la zona del Reducido. Sin Ricardo Vera, Leonardo Kees y Wilson Paredes, el técnico Néstor Rapa debía armar el rompecabezas y disimular las ausencias.

Con Diego Gamarra desde el arranque y con Mauro Del Corro proyectándose por derecha, se vio lo mejor del partido y del Porve en los primeros minutos del encuentro. Lo cierto es que, de no ser por la mala tarde que tuvieron Gabriel Toloza y Walter Jiménez, El Porvenir podría haberse puesto en ventaja justamente. Sin embargo hubo un quiebre en esa primera mitad: Fernando Screpis debió abandonar la cancha por resentirse de una lesión en su muslo izquierdo y fue reemplazado por Matías Blanco. El Catorce del equipo local hizo lo que quiso con la pelota y con los defensores rivales e inclinó el trámite a favor de Español. Una gran jugada de Patricio González King culminó con el propio gol del volante y con la apertura del marcador.
Ahí comenzó a jugar el Gallego. Blanco se juntó por izquierda con Joel Ibarra y, entre los dos, volvieron locos a los defensores rivales e hicieron que su equipo esté cerca del segundo gol.
Sin embargo, tras un tiro de esquina del Lorito Jiménez, Gabriel Ramón definió con comodidad tras el rebote otorgado por Ezequiel Bustos y logró el 1 a 1 en la última jugada del primer tiempo.
La segunda mitad del encuentro, a pesar de la situación que tuvo Salazar a los 30 segundos del pitazo de Ignacio Lupani, fue casi en su totalidad propiedad del equipo de Néstor Rapa. Ya con las modificaciones en cancha (Pablo Solchaga y Leonardo Aguirre) el gol de El Porvenir estaba al caer en cualquier momento. Pero llegó una nueva desinteligencia entre Peralta y Ramón que le posibilitó el gol a Hernán Salazar, quien esta vez no falló, y colocó el 2 a 1 definitivo.
Y fue definitivo porque El Porve nunca pudo reponerse anímicamente del segundo de su rival y jamás encontró la claridad necesaria (no se necesitaba mucha) ante una débil e insegura defensa que ofrecían el Gato Bustos y los hombres del fondo.
Tuvo una Solchaga, pero el gran remate con categoría del Pato pegó en el segundo palo de un vencido Bustos. Si no fue esa, no podía ser otra. El Porvenir regaló un partido increíble ante un rival que, si bien viene en levantada, prácticamente no acumuló méritos para ganar el encuentro.