CON LA SOGA AL CUELLO (RAMIRO PITA)

Félix Orode encaró por izquierda, enganchó hacia el medio, remató desde fuera del área, la pelota picó mal, Valiñas dio rebote y Ledesma la empujó al gol. Iban apenas 7 minutos del primer tiempo y pareció que el partido estaba terminado, porque a partir de allí, con ese gol en contra, El Porvenir no tuvo reacción, no encontró jamás los caminos para ir a buscar el empate, y Excursionistas, cómodo con el resultado, manejó los tiempos.

Con dos líneas de cuatro salió a jugar el equipo de Perazzo el partido. Con el 1 a 0 abajo, la inquietud pasaba por saber cómo atacar al local, pero las variantes de esquema, con Walter Jiménez por derecha y Del Corro por izquierda, no surtieron efecto. El “Lorito” nunca pudo hacerse eje del equipo para comandar los ataques y así se repitieron los pelotazos para Vera y Gamarra, cuando su fuerte no es el juego aéreo.

Lo más importante, entonces, pasó por alguna corajeada de Peralta o aquel remate casi de carambola de Gamarra que se fue cerca. Fue el único peligro que El Porvenir arrimó al arco de Fasanella. Excursionistas, con muy poco (orden y prolijidad en el manejo del balón, especialmente en Jonathan Di Zeo, y la movilidad de Orode) ganaba tranquilo.

Para la segunda mitad, con el esperado ingreso de Solchaga en lugar de Aguirre, lo que suponía una intención más ofensiva, llegó a los 4 minutos el segundo mazazo: tiro libre de Hollembach y 2 a 0. El Porvenir, puro nervio, fue algunos centros mal ejecutados buscando una cabeza salvadora y nada más. Nunca estuvo en aprietos Excursonistas, no hubo jugadas asociadas, casi no se pateó al arco (en una cancha en muy malas condiciones) y así era muy difícil esperanzarse con, al menos, conseguir un punto.

Cerca del final, Valiñas sacó mal y Fernández casi de mitas de cancha la colocó de emboquillada. El descuento de Solchaga (golazo desde fuera del área al ángulo y primer grito con la camiseta del Porve) fue apenas un premio para un jugador que ingresó y puso todo para dar vuelta la historia pero se encontró demasiado solo. Cuando ya no había más tiempo, después de un lateral en defensa, Valiñas no pudo dominar el balón y Ledesma cerró la cuenta para el 4 a 1 con el arco a su merced.

El Porvenir jugó muy mal y perdió frente a un rival que había jugado 48 horas antes y que, apenas con un poco de orden y de manejo de la pelota, consiguió ganar (y golear) merecidamente ante un conjunto que, a los 7 minutos del primer tiempo, se desmoronó por completo y equivocó siempre los caminos. Así, la tabla del promedio se mira cada vez con mayor seriedad, el equipo no responde y la situación se pone cada vez más difícil pensando que la menor de las categorías del fútbol argentino es una amenaza latente.

El Porvenir tiene que enfrentar a su peor rival: El Porvenir, que por momentos se vuelve su mayor enemigo, y ya tiene la soga al cuello.