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Los dos equipos llegaban como punteros y, al mismo tiempo, como rivales directos por la tabla del promedio. Ambos presentaron un esquema 4-4-2 que generó una pelea dura en el mediocampo, donde el visitante prevaleció en los primeros minutos del juego, con el manejo de Montellano y la movilidad de Lucano, el delantero por afuera del equipo de Gustavo Cisneros, que complicó a la última línea local. Pero El Porvenir se fue acomodando con el correr de los minutos, destacándose Segovia en la mitad del campo y mostrándose ambos laterales (Fragueda y Nieva) como salida y bien parados atrás.
Un remate de Gustavo Fernández alto y la posterior respuesta de San Miguel con un tiro de Lucano que Peralta despejó al corner fueron las primeras jugadas de peligro. El arranque parejo fue inclinándose hacia el arco de Mauro Ruggiero, el buen arquero de San Miguel, ya que cobró protagonismo Argüello (de cualquier manera, siempre bien marcado y presionado por dos y hasta tres defensores rivales), Fernández las peleó todas arriba y Ferreyra encontró huecos por derecha. Y fue el mismo Ferreyra quien tuvo las dos más claras de la primera etapa: un cabezazo bombeado que tapó Ruggiero y un remate que se fue junto al palo derecho.
Con el correr de los minutos, El Porvenir manejaba mejor el balón, por lo que San Miguel recurrió a las faltas reiteradas para detener el avance del local. Un centro de Ferreyra que no alcanzó a desviar Fernández y un remate de Javier Peralta por arriba en una jugada de pelota parada, fueron lo último de la primera etapa. El Porve fue más y mereció más, pero no lo pudo establecer en el marcador.
En el segundo tiempo las cosas cambiaron. San Miguel manejó mejor la pelota, apareció González King y creció por derecha el lateral Pelosi, de buen partido. Así, Alessandrini (el 9 visitante) empezó a recibir más el balón y Lucano seguía complicando a los centrales del Porve. Del lado local, hubo un buen arranque de Del Corro (en el primer tiempo no prevaleció por izquierda), que apareció con dos desbordes que no llegaron a destino en los centros posteriores en que terminó la jugada.
Con San Miguel manejando mejor la pelota, y luego de una tapada de Peralta a Lucano, llegó un lateral en ataque para el visitante, Lucano aguanta el balón dentro del área, centro bajo de media vuelta y Alessandrini que empuja la pelota al gol ingresando por el centro. A partir de allí, la obligación la tuvo El Porvenir, de ir a buscar el empate cuando quedaban por jugarse poco más de 25 minutos.
Los cambios realizados por Enrique y Ventura (Asim por Del Corro y Benítez por un cansado Ferreyra) estuvieron bien pensados. Asim entró bien, gambeteador hacia adelante, intentando juntarse con un Argüello que, por momentos, y ya cansado, tuvo demasiado el balón en los pies. Con Fernández tirado hacia las puntas y veloz para ganar en los mano a mano, y Benítez por el centro del área, El Porve rearmó su delantera y, con más ímpetu y ganas que fútbol, fue hacia adelante a buscar el gol.
Y el local tuvo su premio a falta de cinco minutos para el final, cuando Lupani (de muy flojo arbitraje) cobró un muy dudoso penal contra Asim. La pelota la agarró Benítez, el centrodelantero se hizo cargo de la pena máxima, pero Ruggiero detuvo su remate inclinándose levemente a la derecha. Sin embargo, el asistente cobró el adelantamiento del arquero en el remate, y la segunda oportunidad para el empate quedó en los pies de Gustavo Fernández. Y el “Chino” aseguró el penal con un potente derechazo que puso justicia en el marcador. Los últimos minutos sirvieron para las quejas del visitante contra el árbitro, un remate alto de Fernández (otra vez de muy buen partido) y un cabezazo débil a las manos de Manuel Peralta.
El 1 a 1 valió el premio para El Porvenir de saber sobreponerse al hecho de haber empezado perdiendo un partido por primera vez en el torneo, y de siempre intentar jugar el balón por abajo. 7 puntos logrados sobre 9 en juego, el invicto a salvo y la sumatoria de puntos para el promedio hablan de un arranque de campeonato más que alentador. El Porvenir, de esta manera, está en el buen camino.
Ramiro Pita
