MERECIERON SER TRES Y SÓLO FUÉ UNO

El Porvenir igualó en 0 ante Luján como local, en un partido que mereció ganar pero, debido a falencias propias y a un muy mal arbitraje, terminó quedándose con un punto solamente.

El juego empezó siendo de ida y vuelta. Ya a los tres minutos Manuel Peralta le tapó un mano a mano a Romero, y la respuesta del Porve fue inmediata. Desborde de Fernández por derecha, centro atrás y remate de Del Corro que encontró bien ubicado a Matías Roncoroni, el 1 visitante de sólida actuación. Minutos más tarde, Diego Ferreyra se filtró al área, gambeteó al arquero, pero se quedó sin ángulo y su centro al medio terminó siendo despejado por una defensa visitante que mostró grietas cada vez que El Porvenir la atacó.

El primer tiempo continuó con El Porvenir tomando la iniciativa, pero sin poder desplegar el fútbol vertiginoso que se vio en los primeros partidos, con demasiada pelota por el aire, Argüello desconectado y bien tomado por el mediocampo rival, y Gustavo Fernández demasiado aislado en la pelea con los centrales visitantes. Y no fue casualidad que se diera así, es que Luján resultó un rival incómodo, que con el correr de los minutos se fue refugiando cada vez más cerca de su arco, e hizo tiempo en cada oportunidad que pudo, demostrando que el punto no le venía nada mal. A pesar de ello, fue el visitante el que tuvo las llegadas de mayor peligro. El movedizo Bogado, delantero del equipo de la Basílica, se filtró en el área ante una indecisión de los centrales, le ganó la salida a Peralta y, cuando tocó al medio, Raúl Nieva, en primer lugar, y Manuel Peralta luego, recuperando su posición, salvaron al Porve. Y cerca del final, un taco de Bogado después de un centro bajo al área se fue muy cerca del palo.

Pero la última jugada del primer tiempo sería para el local, y resultaría la más clara del partido. Gran habilitación de Argüello para Del Corro, que gana la posición por izquierda, entra al área con gambeta sobre Roncoroni y, con el arco libre, define mordido y su remate es salvado sobre la línea por Sergio Portillo.

Para la segunda mitad, se dio lo que se esperaba e indicaba la lógica. El Porvenir saliendo a buscar la victoria y Luján metiéndose cada vez más cerca de su área y jugando “a no jugar”. Sin la precisión suficiente para romper el cerrojo defensivo visitante, El Porve fue a buscar el partido con la actitud que lo caracteriza y le imprime el Cuerpo Técnico. Los cambios (el ingreso de Matías Castro para acompañar a Fernández arriba, rompiendo el doble cinco con la salida de Segovia, y de Asim por Nieva, quedando con tres en el fondo), demostraron la intención ofensiva del equipo, aunque, claro está, poner más delanteros no garantiza ganar partidos ni tener más opciones de gol. Y mucho de eso tuvo el segundo tiempo, que se quedó en buenas intenciones. Un remate alto de Fernández luego de una buena jugada individual y la respuesta de Luján con un toque de Romero cerca del palo fueron lo más destacable. Pero faltaba que entrara en acción el protagonismo del árbitro.

Cuando Luján más se defendía y el Porve más buscaba, llegó cerca de los 40 minutos un tiro libre a cago de Argüello, centro y cabezazo de Marín que termina en el fondo de la red. Desahogo, festejo y alegría en Gerli, pero…, a instancias del asistente, Rey Hilfer entendió que había una posición adelantada del defensor que nadie en el estadio vio. De ahí al final sólo hubo una oportunidad más, en los pies de Benítez, que remató cruzado afuera cuando la jugada parecía pedir pase al medio para Castro. Luján terminó conforme con un punto que no mereció y al Porve le quedó la bronca de no haber podido logar el triunfo.

El empate mantiene el invicto y la punta. Y por los resultados de la tabla de abajo, se le descontó una unidad a varios rivales directos. Pero la sensación es que se mereció más y que, por defectos propios (falta de claridad para entrarle a una defensa que se paró bien y que, está visto, los rivales que visiten al Porve le van a jugar de esta manera y estará en el equipo de Gerli encontrar los caminos para superar este tipo de planteos defensivos) y por un flojísimo arbitraje (no sólo por el gol anulado sino también por dejar pegar a gusto a los rivales y hacerse el desentendido), hay que conformarse con un punto cuando los merecimientos indicaban tres.

Ramiro Pita