LLORARÁS CON UN OJO Y CON EL OTRO TE REIRÁS

El Porvenir tenía el clásico a su merced y casi lo pierde por una irresponsabilidad. Pero en la última jugada Matías Castro metió la cabeza, le arruinó el festejo a Talleres y rescató un punto milagroso.

Buenos momentos atravesaban tanto Talleres como El Porvenir de cara a este duelo zonal tan esperado. La levantada que el local mostró desde que Claudio Nigretti se hizo cargo de la dirección técnica, hizo que repitiera equipo por cuarta vez consecutiva sin importar la reciente eliminación de la Copa Argentina.
El Porvenir, en cambio, decidió darle descanso a algunos de los más importantes baluartes de la hazaña de Berisso (como Landa, Argüello y Fernández) y metió en cancha al mismo “once” que venció a Fénix la semana pasada.
Todos los planes que podían tener tanto locales como visitantes quedaron a un lado luego de la primera jugada del partido. A penas había pasado el primer minuto de juego y Talleres lograba el 1 a 0. Centro de Diego Yanzi desde la izquierda encontró el error compartido entre Yair Marín y Manuel Peralta para que Martín Iglesias definiera sin inconvenientes en la puerta misma del arco que daba espaldas a la avenida Rosales.
La ventaja le dio mayor confianza al local, que estuvo cerca de aumentar, pero con el correr de los minutos se fue conformando con el 1 a 0 y regaló un espectáculo de fricción y patadas a los presentes, sobre todo a los jugadores visitantes.
El primer tiempo duró setenta minutos, debido a que Leonardo Álvarez le fue muy mal a Javier Peralta y obligó al abandono del zaguero en camilla del estadio de Timote y Castro, por lo que el partido estuvo mucho tiempo demorado esperando la llegada de la ambulancia reglamentaria para que se juegue.
Lo último que mostró esta etapa fue la infantil expulsión de Maximiliano Rodríguez, quien le quitó la pelota de las manos al DT Luis Ventura para hacer demorar el juego y lo hizo delante del árbitro Cristian Benítez. El hombre nacido en Lanús decidió expulsar al volante “tallarín” y dejar al local con un jugador menos.
A diferencia de ese primer tiempo para el olvido, el complemento arrancó con todo. A los cinco minutos, Cristian Benítez (jugador) encontró una pelota en el borde del área y le dio de aire con tanta fortuna que la misma cayó en el ángulo superior izquierdo del arquero Juan Manuel De La Fuente, quien se estiró y no pudo evitar la caída de su arco. Tras este esfuerzo, el “Uno” debió abandonar el campo de juego por lesión y dejarle su lugar a Diego Córdoba.
Los males no terminaban allí para los vestidos de rojo. Una dura falta de Darío Carpintero sobre Matías Castro, hizo que el defensor se ganara su segunda amarilla y la posterior y correspondiente expulsión, con lo cual el panorama se oscurecía cada vez más para la gente de Escalada.
Lo cierto es que, estando nueve contra once, Talleres fue el que mejor hizo las cosas. Si bien El Porvenir pudo haberse adelantado con un remate de Pablo Landa que se fue a pocos centímetros del arco, el elenco de Nigretti fue al frente y le inclinó la cancha a su rival, aunque carecía de fútbol y gente como para vencer a Peralta.
Pero cuando nadie se lo esperaba, el arquero “guaraní” golpeó a Álvarez cuando tenía la pelota dominada, y se ganó la roja directa. Con Valiñas ya expulsado en el entretiempo y con los tres cambios ya realizados, El Porvenir quedaba sin arquero, sin la posibilidad de ganarlo, con un penal en contra y con la obligación de utilizar a un tercer arquero para el próximo partido.
Daniel Chaves se hizo cargo de defender los tres palos pero no fue suficiente: el remate de Álvarez venció al volante devenido en arquero y puso a Talleres al frente del marcador cuando sólo restaban ocho minutos.
Cuando todo parecía encaminarse hacia la derrota más inexplicable e irresponsable en muchos años (casi tanto como aquella ante Los Andes en 2000, el día que expulsaron a Carlos Olarán y Roberto Lezcano), llegó la jugada que reivindicó a algunos valientes que quedaban en cancha: Gustavo Fernández entró libre por derecha, recibió la pelota y metió el centro luego de pararla con el pecho, y su envío encontró el cabezazo de Matías Castro que venció la estirada de Diego Córdoba y dejó enmudecido a todo Remedios de Escalada.
La bronca continúa. El Porvenir dejó escapar la posibilidad de ganar un clásico aprovechando los nervios de su rival, pero Peralta entró en ellos y casi echa todo a perder. Castro terminó dándole al “Porve” la pequeña mueca que generan un valioso empate como visitante y el hecho de ver amargarse a los vecinos.