ASÍ LO VIO EL DIARIO LA CAPITAL (ROSARIO)

Un regalo de Navidad para Argentino
El Salaíto venía entonado con sus victorias de visitante, pero de local aún está en deuda. El Porve, con poco, casi se lleva la victoria para Gerli, gracias a un Argentino que lo dejó crecer al punto de complicarlo.

Lo ganaba. Lo perdía. Lo terminó empatando. Argentino cerró el 2013 en el José Olaeta igualando 2-2 ante El Porvenir, un partido que fue de un nivel apenas discreto pero emotivo por su desenlace. El Salaíto venía entonado con sus victorias de visitante, pero de local aún está en deuda. El Porve, con poco, casi se lleva la victoria para Gerli, gracias a un Argentino que lo dejó crecer al punto de complicarlo.


Argentino arrancó mejor, haciéndose presente en el área de Eduardo González pero sin la puntería necesaria para desnivelar. Todavía no se habían acomodado en el campo de juego cuando le entraron feo a Leandro Cabral, lo que originó el primer tiro libre del partido. De esa pelota parada nació el primer gol de la tarde: jugada preparada, Pons que remata y en un buscapié la pelota le pegó a Leandro Gómez y entró, descolocando a su arquero.

El Sala se puso así en ventaja, pero esta le salió cara. A los pocos minutos Cabral debió dejar la cancha y con su baja el equipo se resintió. Tras el gol Argentino no fue el mismo y permitió que su rival tenga más la pelota y emparejara las acciones. Así llegó menos a la última línea rival, más allá de que la defensa del equipo de Pascutti daba mucha ventaja.

El Porvenir, en tanto, empezó a hacer el gasto y se fue arrimando de a poco hasta que hizo añicos la tranquilidad salaíta. Argentino se durmió y El Porve, que venía insinuando, lo acostó. Con un milimétrico pase, Valdez habilitó a Gustavo Fernández, quien definió con categoría para establecer el empate transitorio. Fue un balde de agua fría, pero la sorpresa fue aún mayor cuando, antes del final del primer parcial, Valdez anotó el segundo, tras un tiro libre ejecutado con mucha sutileza pero que tuvo la complicidad de Dianda, quien dejó picar la pelota y la fue a buscar adentro de su arco.

En el complemento, obligado por el resultado en contra, Argentino salió a buscar el empate, pero le faltó claridad. Sobraron los pelotazos, pero el Sala iba e iba con más vergüenza que juego, con más empuje que ideas hasta que consiguió la igualdad en tiempo de descuento. Pons metió un cabezazo furibundo que infló la red y marcó el empate en un partido que, para Argentino, estaba prácticamente perdido.

Por Pablo Mihal / Diario La Capital (Suplemento Ovación)