BEBAMOS DE LAS COPAS MAS LINDAS QUE TENEMOS HOY (GUIDO GUICHENDUC)


Sí, señor. El Porve, contra todos los pronósticos, pasó de ronda en Berisso gracias a los penales. Luego de una justa igualdad, el paraguayo Manuel Peralta fue el héroe de la definición.

Cuánta incertidumbre que generan estos duelos de la Segunda Eliminatoria de la Copa Argentina. Los equipos de inferior categoría tienen la oportunidad de demostrar que la diferencia de categoría no pesa. Lo que pasó esta tarde en Berisso, ante Villa San Carlos, fue una demostración de que un equipo mejor pensado y con ganas de jugar al fútbol, puede doblegar a su oponente aunque milite en una categoría inferior. Eso mismo hizo El Porvenir en el primer tiempo, logrando ganar el medio campo y teniendo las mejores (aunque escasas) situaciones de peligro. El Chipi Vera se juntaba con Jonathan Ceratto y Wilson Paredes, y así se armaba una interesante sociedad que desnudaba las falencias defensivas del muleto Villero.

La principal herramienta que contaba el equipo local para acercarse a Manuel Peralta, eran las pelotas paradas. Pero la buena tarea de los tres defensores blanquinegros logró que no prosperara ninguna aproximación de los de casa. El período inicial se fue diluyendo con el juego monótono en la mitad de la cancha y con la esperanza de que las emociones llegaran después.
El complemento cambió de dueño. La Villa fue quien asumió el protagonismo y logró acercarse algo más a los Peralta. Sin embargo, la buena tarde del arquero paraguayo mantuvo el cero en el arco. Del otro lado, al verse superado por el local, se trató de aprovechar alguna contra. Las contras estuvieron, pero el Chipi Vera y Lucas Andrich (ingresado en el complemento) las desperdiciaron.
A esta altura, y con el Celeste yendo con más verticalidad, los penales eran una meta ansiada para los muchachos de Benet.
El tiempo les daría la razón. Cuando el árbitro pitó el final de los 90 minutos, el buen ánimo estaba de parte de los de Gerli, quienes le ganaron en actitud, a su adversario, a la hora de patar los penales.
En el “Parto” los hombres de El Porvenir patearon con confianza y eficacia, sabiendo que en algún momento llegaría la atajada de Peralta. Y fue así nomás. El paraguayo le sacó el quinto penal a Ezequiel Melillo, y luego hubo que esperar a que Antonio Rojano estrelle el sexto en el palo y que Piru Avilés meta el decisivo, para desatar la incontenible alegría en los jugadores de El Porvenir.
A brindar, los de Benet quieren la Copa y ya pasaron a Villa San Carlos. Que se venga Tristán Suárez.