SALANDO LAS HERIDAS

El Porvenir hizo sufrir más de la cuenta a sus hinchas pero finalmente derrotó al "Salaíto" 2 a 0 y se acomodó arriba.


Mucha ansiedad había en todo Gerli. El Porvenir había debutado con un empate como visitante ante Muñiz y ahora era momento de lograr los tres puntos en carácter de local.

En una cancha que permite jugar, los dirigidos por Marcelo Philipp deberían sacar una ventaja sobre el resto y esa fue la consigna con la que los hinchas de a poco se fueron acercando al Gildo Ghersinich.

Los primeros minutos le dieron la razón a ese vaticino: ni bien arrancó el partido, la pelota pasó por los pies de Leandro Argüello, quien se paró como enganche, y a él se asociaron Brian Ferreira y Ezequiel Lovisa, en el medio, y Damián Valdez por izquierda.

Cuando el conjunto del Sur del Gran Buenos Aires lo empezaba a merecer, logró abrir el marcador de pelota parada.

Tiro de esquina ejecutado por Valdez y gran cabezazo bombeado de Gabriel Toloza que dejó sin chances a Nicolás Sironi y que dejó a su equipo arriba 1 a 0 en el marcador.

Cuando parecía que El Porvenir podía llegar a aumentar el resultado, llegó la lesión de Leandro Gómez que dejó al equipo desequilibrado e incómodo.

Este factor fue aprovechado por Argentino, que comenzó a hacer circular la pelota de la mano de Iván Palma y a buscar a la importante presencia ofensiva de Luciano Pons, quien puso en aprietos a los defensores adversarios en más de una oportunidad.

Luego de realizar dos cambios (el debutante Germán Jiménez por el lesionado Gómez y Gonzalo Mosesso por Ferreira), Philipp logró acomodar su formación mediante un nuevo esquema.

El primer tiempo se fue sin pena ni gloria, destacándose en el mismo la gran tarea de José Ferras Díaz en la mitad de la cancha (había arrancado como líbero) y el gol mal anulado a Gustavo Fernández.

El complemento presentó un desarrollo netamente favorable al equipo dirigido por Walter Bello.

Palma y compañía hacían de las suyas en el medio y le ganaron siempre el duelo a Lovisa y al propio Ferras Díaz, pero entre la defensa, las intervenciones de Manuel Peralta Salinas y, sobre todo, la mala puntería de Pons, se frustraron todos los avances "Salaítos" y la cosa quedó sólo en merecimientos.

Mientras Bello sacaba jugadores defensivos en remplazo de delanteros, y mientras El Porvenir resistía como podía, los minutos pasaron y le dejaron lugar al final más emotivo que podía tener este encuentro.

Tras una jugada increíble, en la que la pelota pegó en el travesaño y luego no pudieron definir ni Pons ni el ingresado Leandro Cabral, llegó la última contra comandada por Toloza y definida por Gustavo Fernández con el arco vacío.

Festejo, desahogo y tres puntos en casa.

Se cumplió con la obligación de ganar de local y ahora habrá que revalidar la condición de candidato en Burzaco.

Guido Guichenduc