ASÍ FUE EN LA PRIMER RUEDA´(GUIDO GUICHENDUC)

EL FUTURO LLEGÓ HACE RATO....

Estaba cantado. El Porve cayó merecidamente ante un Villa Dálmine que dio vuelta el marcador y jugó un partidazo.

Sin dudas, éste era el partido en el que se vería a las claras si El Porvenir definitivamente despegaba de los empates y se encaminaría a pelear el campeonato, o confirmaría su mal momento en el torneo de la Primera C. Finalmente se dio este segundo concepto, que sin dudas estaba más acorde con los pronósticos.
En un primer tiempo donde El Porve controlaba la pelota, pero no llegaba, enfrente tenía un equipo agazapado que se plantó bien en el terreno de juego y contó con las situaciones más claras ante un Valiñas que resolvió el peligro con solvencia.
Cuando la primera etapa moría y el Viola merecía algo más (el Polaco Sánchez perdió varios goles insólitos), llegó la apertura del marcador a favor de El Porvenir: corrida por izquierda del Chipi Vera, enganche y definición violenta ante la mirada soprendida de Pablo De Nicola.

En el inicio del Complemento se vio lo mejor del equipo local. Benet realizó variantes para lastimar de contragolpe, aunque se falló a la hora de definir. En la visita, el que manejaba la pelota era Raúl Pérez, quien hacía jugar a su equipo que nunca resignó el arco contrario en el que recién encontró claridad con el ingreso de Cáspary.
Con El Porve apostando a las contras, y con el Campanero dilapidando innumerables veces el empate, se terminó de ver un segundo tiempo repleto de emociones y de buen juego.
La puntería que no tuvieron Sergio Diduch, Mariano Gorosito ni Gastón Sánchez, la tuvo Julio Navarro. El central pescó una pelota en el área y vulneró la muralla de un casi imbatible Valiñas y logró un empate tan merecido como insuficiente. Pocos minutos después, llegó la excelente habilitación del Dudy Pérez para el solitario ingreso y posterior definición de José Manuel Cáspary para decretar el, ahora sí, marcador que reflejó las realidades de uno y otro equipo, como así también lo que se vio en el campo de juego.
De nada sirvieron los desbordes finales de Richard Murillo, ya que sus compañeros no lograron definir en inmejorables situaciones.
Festejo final de los de Campana y victoria merecidísima. Preocupación y tristeza absoluta en El Porvenir.