EL AGUANTE DEL SUR

Más de tres mil hinchas de El Porvenir coparon Gerli, alentaron, gritaron, lloraron y aplaudieron en una jornada manchada por el descenso pero recordada seguramente por el espectáculo emotivo que brindaron.


Desde temprano se percibió un clima que no había hace mucho tiempo. Los últimos resultados esperanzadores, sumados a la instancia definitiva que se jugaba, hicieron que el público llegara en buen número a ocupar la popular que da espaldas al viaducto José María Paz y la platea oficial.

El equipo de Gabriel Ramón salió a la cancha y el público recibió con "toda la vida saltando en la tribuna, El Porve es mi locura, El Porve es mi pasión, y no me importa lo que diga la gente, yo siempre voy al frente, voy a morir por vos, por eso yo te vengo a ver, ponga huevo y corazón, no nos vamos al descenso, la puta que lo parió".

Durante todo el primer tiempo continuó el repertorio dedicado a estimular a los jugadores y a demostrarles el apoyo incondicional: "el que no alienta al Porve para qué carajo vino". Y también se acordaron de Arsenal al que le ofrendaron un "vos sos amargo y pecho frío".

En el entretiempo llegaron las malas noticias en otras canchas y el aliento se transformó en ira contra el presidente Enrique Merelas, aunque con el correr de los minutos el silencio y la tristeza le ganaron a los presentes, que quebraron en llanto.

Cuando Paulo Vigliano dio por finalizado el partido, los jugadores le regalaron su ropa a los hinchas, quienes los despidieron con aplausos y con un conmovedor: "soy del Porve, soy del Porve, soy del Porve, yo soy...".

Al "Porve" lo hace grande su gente, y ayer quedó demostrado.


Guido Guichenduc