LOBO SUELTO, CORDERO ATADO

Nicolás Cignetti fue uno de los pocos que
jugó bien y tuvo la personalidad necesaria
en un partido tan caliente como el de ayer.
El Porvenir sucumbió ante los golpes de Juventud Unida y su propia inocencia para resolver un partido que le resultaba favorable. Tiemblan Pascutti y la permanencia de los de Gerli en la D.

Si el equipo dirigido por Marcelo Pascutti había esgrimido cierta recuperación anímica en la igualdad ante San Martín en Gerli, había que demostrar que no fue sólo un partido.


Si el punto conseguido ante los de Burzaco tenía algún valor, había que ratificarlo buscando sumar de a tres en la cancha del "Lobo Rojo".

Por eso, El Porvenir salió a la cancha con un esquema similar al del primer tiempo ante Alem, utilizando a Damián Valdez y Ángel Cuevas como creadores y abastecedores de los dos puntas: Gustavo Fernández y Adriano Fariña.

En los primeros minutos, el local tomó la iniciativa pero no llegaba con claridad, ya que la defensa del "Porve" resolvió con solvencia cada una de las aproximaciones que insinuaba Juventud Unida.

A la hora de replicar, el "Chino" Fernández y "Papelito" Fariña se las arreglaban para complicar y amenazar la valla custodiada por Carlos Bello, sin embargo esto duró poco.

A medida que los defensores y volantes del elenco de casa castigaban con golpes descalificadores a los atacantes visitantes, estos últimos se volvieron inofensivos como corderos ante la fiereza de un "Lobo" que actuaba como tal ante la pasividad del árbitro Juan Pafundi.

Repasemos: cinco codazos y golpes arteros en el primer tiempo que dejaron como saldo varios futbolistas de El Porvenir golpeados (Fariña terminó el partido con seis puntos de sutura) y sólo un expulsado y un amonestado del lado de los de rojo y blanco.

El período inicial se fue sin alteración en el resultado, pero con los de Gerli yéndose a descansar con un jugador más que su rival.

El panorama pintaba para partido ganable y esto se vio en los primeros minutos del complemento, cuando los de Pascutti crecieron futbolísticamente de la mano de sus carrileros: Nicolás Cignetti y Maximiliano Fragueda.

Fernández tuvo en su media vuelta la apertura del marcador, pero Bello le sacó el gol con una mano y a puro reflejos. Más tarde fue el turno de Cignetti y Fragueda, pero el zurdazo del primero se perdió lejos del arco y el derechazo del segundo encontró otra buena respuesta del arquero local.

Cuando la conquista en favor del "Blanquinegro" se veía venir, apareció una contra encabezada por Gonzalo Vivanco que desencadenó en la inesperada apertura del marcador por parte de los de Muñiz: habilitación del "Nueve" para Alexis Valenzuela, éste remató cruzado pero débil y el grosero error de Manuel Peralta Salinas, dándole el rebote en bandeja al centro delantero local, dejó las cosas 1 a 0.

Allí el partido cambió de color y El Porvenir entró en su ya conocida faceta de equipo desordenado y desesperado que carece de ideas para lastimar (futbolísticamente hablando, claro está).

Juventud hizo correr correctamente el tiempo y jugó con los nervios de su rival, que empezó a jugar algo más fuerte en las pelotas divididas.

El clima se enrareció con la pelota que disputaron Lucas Vallejos y Carlos Guigou, que desencadenó en la fractura que sufrió el recientemente ingresado delantero local, y que originó el tumulto del que participaron los futbolistas de los dos equipos y hasta un hincha que estuvo muy cerca de ingresar en el campo de juego para hacer "justicia por mano propia".

Cuando se reanudó el juego, El Porvenir no tuvo la valentía necesaria para empatar ante un equipo que ya se defendía con nueve hombres y vio cómo se le escapó un nuevo partido.

El "Lobo" le mostró los dientes a un "Porve" que quedó como un corderito indefenso y con su director técnico con un pie y medio afuera.

Guido Guichenduc