Con esa palabra, tan simple pero contundente, Marcelo Pascutti tituló su descargo en las redes sociales ante la inentendible situación que vivió al ser despedido del cargo de director técnico de El Porvenir. Una historia donde los "malos", según sus propias palabras, parecen que siempre son los que ganan.
ENTRÁ Y LEÉ SU DESPEDIDA A LOS HINCHAS
DEVASTADO
Creo que todo esto no lo hubiera ni haber podido imaginar el más pesimista del planeta. En el poco tiempo que pude dormir, desde la inesperada e incoherente llamada del martes por la tarde, hasta este momento, me parece una pesadilla de la cual no puedo despertar. Lamentablemente no lo es, me pellizco y estoy despierto.... una vez más ganan los malos, los hipócritas, los mentirosos.
Lamento el esfuerzo de los profes Gabi (Bistolfi) y Maxi (Ortiguera), de Seba (Mendelsohn), los incansables trabajadores del club, los que estuvieron siempre: Cristian, Ramón, Fabi, el Pana y los que hicieron posible todo, como Marcelo Merelas y Carlos Suárez (sin ellos este presente no hubiese podido ser). Pero por sobre todas las cosas lo siento profundamente por "mis" jugadores, a ellos el agradecimiento eterno por hacerme creer, por darme esperanzas, por mostrarme el camino correcto: el del sacrificio, la humildad, el trabajo y la honestidad... todo lo que carecen precisamente los malos, los que viven de las divisiones, la mentira y la oscuridad.
El martes luego de la llamada del presidente del Club El Porvenir, "Enrique Merelas", diciéndome que no vaya mas, utilizando como excusa una estupidez que no se le ocurre ni al menos pensante del mundo, sin saberlo o si, me quito un pedazo de corazón, esas palabras no fueron solo un despido absurdo e inmerecido, fueron el fin de un sueño, un objetivo, un anhelo que se veia posible, la posibilidad única de dar y darme la alegría mayor en cuanto a mi corta vida deportiva. Lo que los malos nunca piensan, lo que nunca logran.
Hoy me invade una tristeza que siempre estará alojada en algún lugarcito de mi corazón, no lo merezco, obvio que no, yo soy del bando de los buenos. Gracias a todos los que se preocuparon por mi, perdón a los hinchas del glorioso Porve por no haberles podido dar lo que merecen, pero la vida sigue... y los buenos no dejan nunca de soñar.
Marcelo Pascutti